El viento era como una suave caricia que aliviaba mi alma y curaba mi corazón, pero esa sensación no era eternamente duradera. A veces, soñaba que estaba en un lugar donde todos podían ser libres de los prejuicios a los que la sociedad nos imponía y en ese sueño, el viento soplaba fuerte y transparente llevándose el peso de toda una juventud quebrada.
Quizás algún día todos pudiéramos ser libres. Pero libres de verdad.
Karen
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